Tener una piscina es fenomenal, pero es aún mejor si dispones de una cubierta, sin tener que considerar las condiciones climatológicas. Qué prestigio, ¿no? Cada estación del año conlleva sus propias ventajas de una cubierta de piscina y lo mejor: cualquier época del año es igual de adecuada para montar este tipo de instalación. No obstante, te explicaremos en más detalle para qué te sirve la cubierta en primavera, verano, otoño e invierno.
Instalar una cubierta para la piscina en primavera, verano, otoño e invierno
Con la llegada de la primavera y la lenta subida de las temperaturas, surgen las ganas de bañarse en la piscina, aunque todavía hace demasiado frío para realmente disfrutarlo. Con una cubierta nada te impide el baño que te mereces, ya que con ella el agua se calienta paulatinamente hasta llegar a una temperatura óptima. Para apoyar este proceso, es buena idea instalar una manta solar. La primavera habitualmente también va acompañada por viento que arrastra suciedades en tu piscina. Tu cubierta va a proteger tanto a ti, como a tu piscina de suciedades, lluvia o de insectos.
El verano probablemente es la estación del año en la que pasamos más tiempo en la piscina, ya que la utilizamos como refugio durante estos meses más calurosos. Por lo tanto, tiene mucho sentido invertir en una cubierta para aprovechar de este tiempo sin restricción alguna. Hay muchas razones por las que una cubierta puede ser de gran utilidad también en verano. Por un lado, protege de posibles tormentas que de vez en cuando interrumpen el buen tiempo y, igual que en todas las demás estaciones del año, no deja entrar la suciedad. En regiones en las que el verano no tarda mucho y las temperaturas caen rápidamente, una cubierta es especialmente aconsejable. Por otro lado, aporta un nivel más alto de seguridad a tu jardín impidiendo accidentes desagradables de los más pequeños o nuestras mascotas. Gracias a la cubierta, puedes relajarte y disfrutar de tu baño con tranquilidad, mientras tus hijos juegan en el jardín. Además, las cubierta planas o telescópicas, que son las ideales para el verano, son adaptables a tus necesidades en cualquier momento, ya que puedes abrirlas y cerrarlas fácilmente. Por último, reducen la evaporación del agua por el calor y te permiten ahorrar dinero, ya que protege el agua de los rayos UV que consumen mucho cloro.
Cuando llega el otoño y con él se reducen las horas de luz, las hojas empiezan a caerse y aumenta el tiempo malo, puede ser un poco desilusionante. ¡Qué daríamos para poder disfrutar un poco más de los méritos del verano! Nunca ha sido más fácil cumplir este deseo. No es necesario nada más que equipar tu piscina con una cubierta. Va a guardar la temperatura del agua y no deja las hojas y ramas allanarse su camino en tu piscina. Despídete también del esfuerzo que supone vaciar tu piscina y cambiar el agua todos los años. En invierno, si dispones de un sistema de climatización, la cubierta incluso te permite nadar en tu piscina, aunque esté nevando fuera. Además, protege tu piscina de la intemperie por las heladas y aumenta la duración de la vida útil de la misma y sus componentes.
Las cubiertas de piscina no solo son funcionales y evitan la entrada de suciedad, por lo cual se obtiene una mejor calidad del agua, se requiere un menor esfuerzo de mantenimiento y limita los gastos para productos de tratamiento. Aparte de poder disfrutar de momentos acuáticos cuando quieras y libre de cualquier tipo de preocupación, gracias a la amplia variedad de diseños que existen, también son estéticamente adaptables a tu gusto y al estilo de tu casa. ¿Estás listo para mejorar el rendimiento de tu piscina y disfrutar de tus baños al máximo? Ponte en contacto con nosotros e instalaremos con alegría la cubierta de tu piscina según tus deseos.